sábado, 18 de octubre de 2008

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La idea de objeto sonoro, es decir percibir lo audible como entidades susceptibles de ser manipuladas, procesadas, modificadas y puestas en relación unas con otras, es la base de las investigaciones realizadas por los músicos concretos, quienes comenzaban sus montajes y composiciones no a partir de abstracciones sino de sonido específicos.

La utilización de cintas y magnetófonos fue central en el desarrollo de la música concreta. Esta se basaba técnicamente en la manipulación de sonido grabado. Operaciones asociadas al montaje cinematográfico como cortar, pegar, fundir o superponer, comenzaban a influir en la construcción y concepción musical.

Con John Cage la utilización de sonidos de nuestro entorno toma un nuevo giro y se radicaliza: Cage introduce el azar en la construcción musical, algunas veces para determinar la estructura, otras para definir el material sonoro o ambas simultáneamente. De esta manera intenta hacer a un lado el gusto personal o las inclinaciones musicales particulares para dar lugar a los sonidos y fundamentalmente al silencio. Simplemente dejar que los sonidos sean, abrirnos a la experiencia de escuchar.

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